Por Selene Arroyo Guerrero
El servicio social para los pasantes del área de la salud, en nuestro caso particular para los alumnos de Nutrición y Odontología (y Psicología cuando así lo deciden), demanda un año más de formación en campo clínico en dependencias públicas del sector salud, o como dirían nuestros propios pasantes “en la vida real”.
Queremos felicitar a nuestros pasantes de la generación 2019 de las licenciaturas de Nutrición y Odontología quienes el pasado mes de enero, eligieron su plaza para brindar su servicio social de un año y también a nuestros pasantes de la generación 2018, que concluyeron sus 960 horas de aprendizaje y formación en campo clínico en ese mismo mes. Ambas generaciones participan en dependencias de la Secretaría de Salud, Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de Trabajadores del Estado (ISSSTE) y Secretaría de Salud Municipal, por ello aprovechamos también para agradecer a sus autoridades y a todo su equipo de trabajo por su apoyo incondicional para seguir fortaleciendo la formación integral y profesional de nuestros pasantes del área de la salud. Todos los involucrados en estos procesos apuntalamos para que nuestros profesionales de esta área, fortalezcan el servicio de Salud Pública que tanto requiere nuestro Estado. Gracias a todos por ser su mejor versión en cada una de sus trincheras.
Dejo en palabras de Nancy Aidet, egresada de Odontología quien dará su servicio social en el Hospital Regional General de Uruapan, la expectativa de esta aventura llamada Servicio Social de Salud:
¡Es tan impresionante lo rápido que puede llegar a pasar el tiempo! Apenas recuerdo el primer día de clases con tanta emoción y expectativas tal y como me siento ahora, que parece increíble que haya sido hace ya casi cinco años.
Hoy estamos por comenzar una nueva etapa de nuestra vida tanto profesional como personal. El inicio de un Servicio Social puede llegar a parecer un requisito más para la titulación, sin embargo, hoy me doy cuenta de que realmente es una nueva oportunidad para obtener mayores conocimientos, hacer nuevas amistades, crear nuevos lazos y conocer el campo clínico cómo es realmente, con pacientes necesitados que acuden a ti con la mayor esperanza y confianza que se ponen en tus manos para aliviar su malestar.
Se me viene a la mente ese momento antes de comenzar nuestra primera clínica, me atrevería a decir que todos nos sentíamos igual con temor, nervios, terror de no hacer las cosas bien pero al mismo tiempo emocionados y felices porque finalmente haríamos lo que habíamos estado esperando desde hace tanto, y lo único que pudo calmarnos en ese momento fueron las palabras de nuestra querida maestra Rosy Casimiro: “Yo sé que están nerviosos pero confío en ustedes y si yo no supiera que son capaces de hacerlo no estarían aquí”.
Después de ese momento me di cuenta que en este camino no estaría sola y que debemos confiar y aprender de nosotros mismos para hacer las cosas bien.
En esta aventura muchas veces estaremos solos, muchas veces dudaremos de lo que ya sabemos, sin embargo debemos recordar que si no fuéramos capaces de hacerlo no estaríamos aquí.