Publicado el 2023-04-27 en Deportes

Conociéndome a través del deporte: de lo que creí y soy capaz

Por: Leslie Mariely Guillén Pérez, estudiante de la licenciatura en Mercadotecnia

 

Hola, soy Leslie, naturalmente a través de estas 1711 palabras, irán conociendo un poco más de mí y todo lo que ha sido mi recorrido dentro del área de Deportes de la Universidad Latina de América. No me cabe duda de que ya habías leído algo similar antes, ya sea más corto o más largo, sin embargo, quisiera que entendieras cómo pude encontrar lo que hasta el momento es uno de los deportes más importantes de mi vida. 

 

Comencemos en un periodo viejo de mi biografía deportiva y cultural: la primaria, donde siempre me consideré una niña que no podía estar quieta, y de ser posible, buscaba cualquier actividad para liberar toda esa energía con la que mi cuerpo cargaba. A partir de aquí mi recorrido a través de los deportes fue amplio y muy variado. 

 

Pasé de entrar a ballet y gimnasia, para después de varios años, intentar el futbol y el voleibol en la secundaria; mientras seguía con esta dinámica de probar deportes, buscaba comprender cómo era que se encontraba cierta pasión en cada uno de ellos, porque hasta el momento, no lo conseguía, y lo sabía, realmente no me molestaba ausentarme en los entrenamientos, no procuraba al equipo como debía, y sobre todo, siempre me sentía inconforme. Menciono esto, ya que considero que la mayoría de las personas necesitan algo que los motive o les cause cierta ilusión en su día a día, y para este momento, yo todavía no podía descubrirlo, simplemente llenaba mi tiempo con una actividad física extracurricular.

 

 

En la actualidad, yo soy estudiante de la licenciatura en Mercadotecnia, cursando ya mi segundo año, pero tuve la oportunidad de conocer la universidad con más tiempo del que esperaba. Después de pasar mis exámenes para poder cursar el bachillerato dentro de la UNLA, mi mamá y yo estábamos en busca de una beca, donde, luego de tantas propuestas, hubo una que pudo sobresalir sobre todas según mis intereses personales, y esta era una beca deportiva. Cuando pude descubrir los equipos que formaban parte de esta, sabía que al menos el 70% de todos ellos eran deportes que hasta el momento ya había practicado, a pesar de ello, identifiqué uno del que solo había escuchado dentro de las películas, y el cual, no les miento, me recordaba parte de mi infancia, y sí, este era Animación (Cheer). 

 

Al inicio no estaba segura de que tanto el deporte como el equipo fueran lo que yo esperaba, era ese miedo inconsciente de romper con un ideal ya puesto en tu mente; entonces llegó el día de mi prueba, y supe en el primer instante en que tuve la oportunidad de conocer al equipo, que sabría el cariño que podría tenerles sin casi conocerlos; es algo así como las vibras, estas no me mintieron. 

 

A lo largo de mi comienzo, dentro de toda la disciplina que conformaba animación, yo me maravillaba más y más de todo lo que había detrás, porque puedo decir con duda de ser o no asertiva, que la mayoría de las personas al escuchar la palabra “porristas” lo primero que piensan es en pompones y realmente no es así. La verdad es que hay más en cada una de las personas que lo practican, desde su fuerza, su proyección, la técnica que debe ser indiscutible y sobre todo, la parte del compañerismo, ya que, al ser un deporte de contacto donde un integrante depende de otro para cada uno de los elementos, esta parte se vuelve esencial.

 

Hay una lista incontable de todas las razones por las que amo este deporte que llevo a la actualidad practicando por 5 años, algo que la Leslie del pasado no creería posible, pero una de las cosas que más pudo influir en esto a lo que le llamo estabilidad e intención, sin duda fueron tres personas. Estas me motivaron a continuar, específicamente dos son encargadas del área de deportes, ellas siempre me acompañaron en todo mi proceso de crecimiento, me procuraban, alentaban y escuchaban cuando sentía que no daba más fuera y dentro del equipo; y la tercera persona es mi coach Andrés, la verdad, es que a través de estos años he pasado por más de un entrenador y de todos he tenido la oportunidad de llevarme algo, sin embargo, de Andrés aprendí la disciplina y dedicación, cómo es que el esfuerzo se demuestra y este no es en vano; él pudo ver todas mis intenciones y lo que yo le dedico al equipo. Fue entonces que hace aproximadamente un año, tomó la decisión de proponerme ser capitana, y con sinceridad, quedé sorprendida. Considero que es inevitable estar dentro de un grupo y no compararte con ellos, y en otro punto de mi vida no me creería capaz, no obstante, yo sabía que como deportista tenía más que ofrecer y eso lo podía compartir con los demás. Entonces, la consciencia llegó a mí, la conciencia de que en el momento que decidí llevar una carga tan grande conmigo y de alguna forma, un título con el cual cumplir y representar, conocía que la responsabilidad sería más fuerte, sin embargo, sin ánimos de sonar muy profunda, la pasión fue mayor que el miedo, porque, hasta el momento parece que todo es color de rosa, o por lo menos algo idealizado, cuando la realidad no es esa, como en cualquier aspecto de la vida, nada es perfecto, y sí, nos equivocamos, y yo, me equivoqué demasiadas veces, pero, en la actualidad, sé que es natural sentirse derrotado, y cuando formas parte de un equipo deportivo, el recordatorio está más presente.