Publicado el 2022-05-11 en Doctorado

Mujer, inclusión y seguridad

 

Por Bety Barrientos

«…la máxima participación de la mujer, en igualdad de condiciones con el hombre, en todos los campos, es indispensable para el desarrollo pleno y completo de un país, el bienestar del mundo y la causa de la paz».     

Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (18 de diciembre de 1979).    

 

 

Inclusión

A más de cuarenta años de la premisa jurídica que le sirve al presente texto como epígrafe, es importante replantearse si el derecho a la inclusión ha quedado cubierto con la certeza jurídica de la reforma paritaria constitucional, para cargos de elección y en la propia administración pública; o con otros avances en el desempeño laboral o académico de las mujeres. Como ejemplo de ello está el acceso de las mujeres a la educación superior, el cual ha rebasado el del género masculino. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) informó que en México el 24% de las mujeres de 25 a 34 años de edad tiene un título de educación superior, en comparación con el 23% de sus pares varones. De los 51 países considerados, se arroja que el 51% de las mujeres entre 25 y 34 años tiene un título de educación superior, mientras que solo un 39% de los hombres cuenta con el mismo (OCDE, 2021). Además, el 55% de la cifra femenina aspira a estudiar un posgrado. Esto arroja un valioso desempeño profesional y empresarial, porque las mujeres aportan el 37% del Producto Interno Bruto en México.

 

Seguridad

La violencia sigue siendo una herramienta de dominación sobre la mujer. En 2020, el caso de Jessica González sacudió a Michoacán y, recientemente, el caso de Debanhi Escobar inspiró a millones de mexicanos a entrar en una era de conciencia colectiva, con el fin de proteger a las 10 mujeres que mueren cada día por su género, a manos de un hombre. 

 

Durante el año pasado, los feminicidios no cesaron, sino que aumentaron un 8%; y los delitos de violación se elevaron un 30.8%, según reporta la Secretaría de Seguridad Pública Federal. Es bien sabido que la impunidad sigue pesando. Tras la pandemia, las cifras de problemas como la violencia doméstica hacia la mujer aumentaron. No dejemos de lado la vida laboral, el 54% de las mujeres componen la fuerza trabajadora de México. Este porcentaje ha tenido que afrontar la educación virtual de sus hijos e hijas, además de la crisis inflacionaria. Si bien pareciera que las mujeres actuales tienen más fuentes de empleo que los hombres, recordemos que ganan y ahorran menos que ellos, de acuerdo a ONU Mujeres. 

 

 

Las adversidades que viven las mujeres en México son innumerables. Los retos de sus resoluciones son tarea del Estado y de todos. La solidaridad entre mujeres es indispensable.  A lo largo de la historia, los movimientos sociales han impulsado las fuentes de creación del Derecho. Hoy por hoy, la ola feminista no solo está presente en las marchas y manifestaciones, sino también en la voz de representantes académicas y empresarias y no de las políticas de costumbre. La inspiración permanece en la ferviente labor de las y los jóvenes estudiantes, y en las propias redes sociales. 

 

Sin embargo, para garantizar la inclusión y la seguridad, es menester generar una conciencia colectiva en hombres y mujeres, que, mediante un cambio cultural, epistemológico y social, puedan construirse un nuevo modelo de seguridad, paz y bienestar; que fundamenten los derechos universales, más allá de la igualdad sustantiva.

 

Me gustaría escuchar tu opinión. Escríbeme: ¿cuáles son los retos para las mujeres en este 2022? y ¿cómo podemos contribuir a la construcción de un nuevo modelo? ¡Es más fácil conseguir un cambio social cuando este se realiza de forma colectiva!

 

Referencia

OCDE. (2021). Education at a Glance 2021. Recuperado de http://www.oecd.org/education/education-at-a-glance/ 

 

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