Publicado el 2021-03-06 en Licenciatura y Licenciatura en Nutrición

¿La vacuna de ARN diseñada para la enfermedad COVID-19 puede hacernos mutantes o transgénicos?

Por Dr. Erasto Hernández Calderón

 

En el seguimiento que he realizado de la evolución de la enfermedad de COVID-19 ocasionado por el virus SARS-CoV2, y que seguramente todos hemos sido testigos, circulan a través de diferentes medios de comunicación digitales y redes sociales tanto noticias escritas o videos cuyo origen y veracidad son desconocidos pero que impactan a la población al momento de viralizarse. Estas noticias son conocidas como Fake News, que por su emotividad y elocuencia llegan a ocasionar un sesgo cognitivo en los individuos acerca de diversos temas. Las vacunas diseñadas para controlar la enfermedad de COVID19 no fueron la excepción.

 

 

Una idea viralizada a través en las redes sociales es que las nuevas vacunas que utilizan tecnología de ARN son capaces de afectar el genoma de las personas haciéndolos individuos transgénicos, ocasionando con esto patologías incurables de por vida. La respuesta a la interrogante que se plantea en el título de este artículo es clara; de acuerdo a los conocimientos desarrollados en biología molecular podemos decir rotundamente que es No y daré los argumentos técnico-científicos de porque esto resulta un “bulo” o una Fake New.

 

El ácido desoxirribonucleico  (ADN) es la molécula encargada de contener toda la información genética de un individuo, para que esa información tenga sentido, se debe traducir en una función biológica útil. Esa función la realizan las proteínas, toda la información que se encuentra en los genes sirve para que el organismo elabore sus propias proteínas ya sean estas estructurales (p.ej músculo) o que realicen alguna reacción química (llamadas enzimas).

 

¿Cómo hace la célula para que la información del ADN se convierta en una proteína? El primer proceso es copiar la información de ADN, al copiar del ADN se forma la molécula de ácido ribonucleico (ARN) conocida como mensajero (ARNm), esta molécula se acopla en unas estructuras celulares llamadas ribosomas, en donde se lee este mensajero por tripletes que finalmente conduce a la formación de una proteína con una función biológica determinada.  Aquí estriba una diferencia fundamental entre ADN y ARN. Mientras el ADN es una molécula de doble hebra formado por las siguientes bases químicas, Adenida (A), Timina (T), Guanina (G) y Citosina (C), El ARN reemplaza la timina (T) por uracilo (U) y es una molécula de una sola hebra. Lo puedes checar de manera visual en la siguiente figura:

 

 

La vacunas desarrolladas por las compañías Pfizer y Moderna son moléculas de ARN viral envueltas en nanopartículas lipídicas para que puedan ingresar a la célula, una vez adentro, este ARN se acoplará a los ribosomas para que los ribosomas de nuestras células fabriquen proteínas virales que el cuerpo detectará ocasionando que se genere un arsenal de defensas contra esas proteínas virales (ahora llamados antígenos) y que esta respuesta sea persistente (memoria inmunológica). Nunca el ARN viral se integra al genoma del individuo, ni podría hacerlo, ¿por qué? La respuesta estriba en las diferencias ya descritas en la composición y estructura entre el ADN y ARN (nuevamente moléculas de doble hélice y cambio de Timina por Uracilo).

 

Las reacciones químicas generalmente no son espontáneas, no suceden solo por juntar compuestos químicos. Para que el ARN viral se pudiera integrar al genoma humano necesita de al menos tres aspectos descritos a continuación:

 

1. El ARN viral deberá convertirse en una molécula similar al ADN, es decir, ahora reemplazar el uracilo nuevamente por timina, esto se consigue con una enzima llamada retrotranscriptasa, la molécula que se forma después de este proceso se llama ADN complementario (ADNc).

 

2. Hacer un corte en alguna región del ADN del individuo a transformar para que el recién sintetizado ADNc se integre, esto se logra mediante enzimas de restricción.

 

3. Unir el ADNc viral mediante un conjunto de enzimas llamas ligasas, algunos virus como el del VIH tienen una enzima específica para realizar este proceso llamada integrasa, una persona infectada con VIH técnicamente es un organismo transgénico.

 

Pues bien, las vacunas diseñadas con esta tecnología no incluyen el arsenal enzimático para integrar la información viral al ADN humano, además, el ARN mensajero es una molécula que se degrada en poco tiempo, por eso se conserva a -70 ºC en un ultracongelador, una vez en el cuerpo, el ARN de la vacuna hará su función, que es fabricar proteínas virales y desaparecerá. Quédate tranquilo, tu información genética no cambiará si te aplicas esta y sí te protegerá de tener una infección grave, ahora ya tienes argumentos científicos para descartar esa idea.

 

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