Publicado el 2023-02-27 en Maestría

La desecación del Lago de Chapala y su impacto en el paisaje y forma de vida

Por: Patricia Higareda Amezcua, estudiante de la maestría en Planeación Territorial

 

En México se sufre de deforestación progresiva debido a las prácticas de roza y quema, lo cual ha conducido a grandes procesos de erosión que amenazan con convertir al país en un enorme desierto. Según Karl M. Helbig (2003): «importantes ingenieros hidráulicos describieron al lago de Chapala ―a causa de su evaporación, pero sin reconocer su valor atmosférico― como un “lujo dispendioso, que México no podía permitirse”».  En ese entonces, el buscar tierras de cultivo altamente productivas resultaba una prioridad, las cuestiones ecológicas o sustentables estaban lejos de aparecer como temas de interés público.

 

El espacio vivido por las personas que habitaban la ribera del Lago de Chapala era muy particular. En la zona de estudio, se sabe que había una especie de pantanos, zonas inundables por temporada de lluvias. Las personas estaban acostumbradas a cierto paisaje, a cierta vegetación, a cierto clima. A ciclos que durante sus vidas vivían y formaban parte de sus dinámicas. Algunos tal vez aspiraban a adquirir una lancha, a buscar subsistir por medio del lago, ya sea comerciando o pescando. En cambio, las personas que no vivían estas dinámicas y entendían este lugar como un espacio concebido desde fuera, desgraciadamente fueron quienes tomaron decisiones drásticas, importantes y sumamente trascendentales sobre el territorio que acabaron por modificar completamente el paisaje y el territorio en sí.  Estas personas pensaban, creían, que lo mejor para la zona (y para ellos mismos, sobre todo, porque los intereses particulares estuvieron ante todo) era desecar esos pantanos que consideraban terreno desperdiciado, una parte no importante del lago que se podría aprovechar de mejor forma, como tierras cultivables de alto rendimiento por las características físicas de la tierra, los sedimentos, entre otros.

 

 

El hombre tomó un espacio natural y lo transformó a partir de sus necesidades, redefinió la naturaleza. Los cambios físicos en el territorio y en el paisaje de la zona fueron brutales, se cambió completamente un ecosistema y una forma de vida de muchísimas personas. Se modificó completamente el espacio vivido a uno nuevo, a un espacio diferente. Reflexionó en lo chocante que debió ser enfrentarse a la nueva realidad para las personas que habitaban la zona. Para muchos tal vez representó una oportunidad para salir adelante de forma distinta y se adaptaron rápidamente a las nuevas dinámicas y al nuevo paisaje que pudieron adoptar con gusto. Para otros, tal vez no fue tan sencillo y representó una ruptura en sus vidas.

 

Las decisiones de unos cuantos por intereses económicos ocasionaron una modificación del paisaje natural, cambiando completamente el territorio. Cambió la vida de todo ser vivo en el lugar, no solo de las personas que convivían con el paisaje natural original, sino de animales, vegetación… Todo esto afectó hasta el clima. Las personas que antes estaban acostumbradas a vivir a orillas del lago o de las zonas pantanosas que parte del año eran lago, extrañaron sus dinámicas sociales; el hecho de que antes utilizaban sus barcas para ir a otros lugares, para comerciar, para convivir, y todo cambió. 

 

Finalmente, es de señalar que el territorio es cambiante y como consecuencia, el paisaje también lo es. Esto es necesario, es esperado. Todo en nuestro mundo se encuentra en constante cambio, nuestras vidas, nuestras casas, la forma en la que nos comunicamos, la forma en la que trabajamos, etc. Estos cambios, reflejados en el territorio y en el paisaje, nos permiten leer lo que ha pasado a lo largo del tiempo. Y estas lecturas también influirán en la forma en que intervenimos los espacios que, considero, es el propósito más importante de esta reflexión.  

 

 

Las decisiones que se tomen en materia de ordenamiento territorial impactan directamente, no solo en la conformación del paisaje, sino en la vida de las personas que lo habitan. Es por ello, que se debe procurar analizar y estudiar a fondo cualquier política pública a implementar, ya que las decisiones de algunos pueden impactar a miles. Al final, nos damos cuenta de que lo que comenzó como un pantano inundable parte del lago de Chapala sigue siéndolo. Con cambios en el paisaje y territorio, con cambios en las dinámicas sociales, en el destino de uso de suelo, con el paso del tiempo y a la distancia, el destino natural de esta zona sigue siendo el mismo que hace 100 años, aunque para nada luzca ni se utilice de acuerdo con su vocación natural.

 

Referencias:

 

García Corzo, R. (2016).  Ingenieros, hacendados y empresarios en conflicto por el aprovechamiento del agua del río Lerma en Jalisco a fines del siglo XIX y principios del XX. Let. hist. [online] Núm. 15.

 

García Quintero, A. (1947). Estudio preliminar del lago de Chapala. En Informe técnico núm. 7, Secretaría de Recursos Hidráulicos. México.

 

Helbig, Karl M. (2003). El lago de Chapala en México y su desecamiento. En Boletín del Archivo Histórico del Agua, p. 24-47, México.


Rubín, R. (1951). La canoa perdida. Talleres Linotipográficos Vera. México: Guadalajara.

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