Publicado el 2021-05-10 en Bachillerato

Estrés académico por pandemia

Por Kioni Cisneros García

 

En México, el primer caso de COVID-19 llegó el 27 de febrero del 2020 y desde entonces hemos vivido muchos cambios: el cierre de negocios parcial o totalmente, la pérdida de empleos, la suspensión de labores y de las actividades escolares presenciales, entre otros. Este último, ha implicado cambios en la forma de enseñar, aprender y convivir a la que estamos acostumbrados la mayoría de los alumnos y docentes, creando estrés en ambas partes, el cual puede provocar fatiga, jaquecas, insomnio, taquicardia, somnolencia, ansiedad, irritabilidad, etc.

 

 

Entre las causas del estrés encontramos la falta de acceso a la tecnología, en México solo el 44.3% de los hogares cuentan con computadora y el 56.4% con conexión a internet, según el Programa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el Desarrollo, lo que evidencia que una gran parte de los hogares en México no cuentan con las condiciones óptimas para que los alumnos sigan con sus estudios en la modalidad a distancia y aunque muchos hemos visto el apoyo otorgado por instituciones gubernamentales y privadas para darle mayor oportunidad a alumnos y docentes de continuar y mantener una educación de calidad en esta nueva modalidad, como lo es el caso de nuestra Universidad Latina de América (UNLA) que prestó material de cómputo a alumnos y docentes, muchos no alcanzan de este apoyo.

 

Aun contando con material para tomar las clases en línea, no estamos exentos de sufrir estrés a causa de problemas tecnológicos y errores humanos: que el internet no carga, se me olvidó leer el ensayo, la página por más que la recargo no muestra el examen que dice la maestra, no envié la ficha de laboratorio, no me acepta el archivo, no se guardaron las respuestas, que se ha caído la página, que el trabajo se envió ocho segundos tarde, entre tantos más. Y, obviamente, la frustración y el coraje se presentan cuando notas que hay quienes usan dichos problemas como excusa y los docentes no se pueden poner muy exigentes ya que nadie está exento de fallos tecnológicos o humanos.

 

Sumado a esto se encuentra la forma de aprendizaje: algunos somos muy visuales, otros son auditivos, lectoescritores y/o kinestésicos, y con esta forma de aprendizaje los que su fuerte es el aprendizaje kinestésico se ven más afectados por la falta de contacto físico. Además, no todos tenemos el mismo razonamiento o habilidades académicas; y, en este punto, el apoyo por parte de los padres es crucial, pero, desgraciadamente, no todos contamos con el mismo apoyo, ya sea por falta de paciencia y/o de conocimientos en el tema, y no todos tenemos acceso a tutorías como con las que contamos nosotros por el simple hecho de ser alumnos del Bachillerato de la UNLA.

 

Estamos constantemente expuestos a estrés por la situación de la pandemia y las actividades académicas, pero podemos prevenirlo o afrontarlo con simples acciones como lo es planificar nuestras actividades por prioridad, dormir en horarios establecidos, practicar actividad física y el comer sanamente. También puedes pedir apoyo a familiares o amigos.

 

Referencias:

Organización Mundial de la Salud. (2020, 28 abril). COVID-19: cronología de la actuación de la OMS. https://www.who.int/es/news/item/27-04-2020-who-timeline---covid-19

 

Moreno, T. (2020, 24 agosto). Con computadora, sólo 5% de los estudiantes pobres en el regreso a clases. El Universal. https://www.eluniversal.com.mx/nacion/con-computadora-solo-5-de-los-estudiantes-pobres-en-el-regreso-clases

 

Centro de Aprendizaje Campus Sur. (s. f.). Reconocer, prevenir y afrontar el estrés académico. Universidad de Chile. Recuperado 5 de abril de 2021, de https://www.uchile.cl/portal/presentacion/centro-de-aprendizaje-campus-sur/114600/reconocer-prevenir-y-afrontar-el-estres-academico

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