Por Adeily López Méndez y Rocío López Zepeda
Hoy en día, está muy de moda todo aquello que sea “sin azúcar añadido”, “bajo en grasas” o “0%”, pero, ¿sabes qué aportan estas a una alimentación saludable?
Un producto light es aquel en el que se ha reducido el contenido de uno o más nutrientes. Esta reducción debe ser, como mínimo, del 30% en comparación con un producto similar. Así lo indica el Reglamento Europeo, salvo en el caso de los micronutrientes, que será de un 10%, o del sodio (sal), del 25%.
Hay personas que han decidido cambiar los productos normales por productos light, ya que existe la creencia de que estos son mejores para la salud o pérdida de peso, pero la realidad es que no todos lo son, ya que estos son considerados alimentos que contienen menor cantidad de calorías, así que, en teoría aportan menor cantidad de azúcar y grasa.
Por ejemplo, para reducir el número de calorías, en muchos de estos productos se reducen las grasas, lo que puede suponer una pérdida de sabor, algo que se suele compensar con otras sustancias que endulzan el alimento. Por tanto, al final, consumimos un producto que, al sustituir las grasas por edulcorantes procesados, puede ser más calórico y menos saludable que un alimento no light. Por otro lado, contienen menos nutrientes y si se abusa de ellos pueden afectar al equilibrio nutricional de nuestro organismo. Asimismo, al reducir su contenido de azúcares o grasas (o ambas), se les añade harinas refinadas, almidones, sal o edulcorantes. Por tanto, estos aditivos no convierten al producto light en uno más saludable sino que, incluso, pueden afectar a nuestra salud.
Alimentos como la mayonesa, que comúnmente contiene mucha grasa, en sus versiones light suelen reemplazar la grasa por azúcar, lo cual resulta peor, ya que la grasa que contiene la mayonesa es más sana.
Una de las principales creencias que se tiene con los productos bajos en grasa es que, como son light, se puede comer todo lo que sea, pero no es así, ya que si sumas la cantidad de gramos y calorías de todas las veces que repites la porción de “producto light” notarás que terminas comiendo lo mismo o hasta más de lo que equivale una porción de producto normal, a que si comes este terminas evitando las calorías y azúcar adicional de la versión “baja en grasa”.
Es recomendable que en lugar de bajo en grasa mejor te enfoques en buena grasa, ya que esto muchas veces suele ser más importante que la cantidad y estas sí pueden consumirse sin mayor problema; las grasas buenas suelen ser las no saturadas, mismas que contribuyen a disminuir el colesterol malo en la sangre y a incrementar el bueno.
Otra recomendación es que antes de adquirir un producto de los denominados “light”, revises la etiqueta nutrimental, la lista de ingredientes y así puedas comparar los datos. La comparación permite establecer si en verdad tienen una reducción sobre el nutriente que se desea consumir.
Las declaraciones en los productos deben ser claras, cuando se afirme que un producto es light o alguna otra declaración que pueda tener el mismo parecido, tendrá la condición de usar la frase: “contenido reducido en”.
Dichas declaraciones del Reglamento Europeo concuerdan con las normas:
- Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010, Especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados-Información comercial y sanitaria.
- Y la Norma Oficial Mexicana NOM-086-SSA1-1994, Bienes y servicios. Alimentos y bebidas no alcohólicas con modificaciones en su composición. Especificaciones nutrimentales.
En la que los productos deben declarar las propiedades nutrimentales que describen el nivel de un determinado nutriente contenido en un alimento. Denominaciones como: “sin”, “bajos” o “reducidos”.
Como vemos aún hay muchos productos en el mercado que no se apegan a las denominaciones establecidas por las normas. Por lo que te sugerimos seguir las recomendaciones y si tienes alguna duda no dudes en consultar con un profesional de la salud.
