Por Jaquelina Beatriz Calderón Arreola.
Quienes conformamos la Comunidad UNLA nos sentimos atraídos e identificados con un campus verde y armonioso, caracterizado por sus jardines y sus árboles (entre ellos se encuentran los fresnos, los ficus, las jacarandas), pero también, por una vegetación muy particular, se trata de árboles que habitan cerca de los pantanos, manantiales y la orilla de ríos y arroyos, estos árboles tienen la característica de ser freatofitos, es decir, que se encuentran en donde el manto freático es somero, hablamos de los sauces llorones y los ahuehuetes o sabinos.
Estos últimos están bien representados en el campus, particularmente por uno de ellos, el más longevo de la UNLA -sin duda alguna-: El Ahuehuete. Por este nombre reconocemos al árbol, en cuya sombra se han llevado a cabo múltiples encuentros académicos y lúdicos; asimismo, han desfilado incontables tomas fotográficas, ha sido inspiración de artistas y poetas jóvenes y por qué no decirlo, lugar de encanto para numerosos amoríos adolescentes; visto por muchos como un árbol majestuoso e imponente por sus dimensiones y por su inigualable belleza natural.
¿Qué conocemos de los ahuehuetes?
Sabemos que los ahuehuetes son coníferas que formaron extensos bosques en el mesozoico. Son árboles muy longevos y llegan a medir hasta 40 metros de altura. Forman el denominado Bosque de Galería como parte de la vegetación acuática y subacuática de México (Rzedowski, 1988). Se distribuyen en Norteamérica, México y Guatemala. Su nombre científico es Taxodium macronatum. Se le atribuyen diversas propiedades medicinales, tales como analgésicas, antisépticas, diuréticas, entre otras (Carranza-González, 1992).
Nos encontramos a cien años de que el ahuehuete haya sido reconocido como un símbolo mexicano, pues en 1921 fue designado como el “Árbol Nacional” en la conmemoración de la Independencia en aquel año.
Dos de los ahuehuetes más conocidos en México son el “Árbol del Tule” en Oaxaca, se cree que es el árbol de mayor diámetro en su tronco del mundo y cuya edad se estima en más de 2000 años. Por otro lado, el “Árbol de la noche triste” en la CDMX, en el que Hernán Cortés lloró su derrota en manos de los mexicas.
Te invitamos a conocer el campus de la UNLA y a conocer más de su riqueza natural.
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