Por Noé García Torres
De acuerdo con la cronología publicada por la Organización Mundial de la Salud el 11 de marzo de 2020, se determinó en su evaluación que la COVID 19 puede caracterizarse como una pandemia (OMS, 27). No se resta importancia a los impactos que transcurrieron desde el 31 de diciembre 2019 que se notifican conglomerado de casos de neumonía (OMS, 27). La población mundial ha sufrido cambios psicológicos, físicos y emocionales que impactan directamente en su idea de percibir al mundo en la satisfacción de sus necesidades, reflejado principalmente en las básicas.
Las medidas de prevención que dictaminaron las instituciones son el aislamiento y el resguardo. Pero para la humanidad, como somos seres sociales, el aislamiento puede ser perjudicial (Cacioppo, 2010), generando sentimientos de soledad, negatividad, ansiedad y distintas emociones que surgen ante las medidas preventivas. Estas emociones y sentimientos se reflejan en los comportamientos de compra de la población. Al principio de la pandemia, se pudo observar desde la perspectiva de un consumidor habitual, que productos como papel higiénico, gel anti-bacterias, cubrebocas, productos de personal care y de necesidad básica se escasearon, y no estaban disponibles hasta cierto periodo de tiempo, en un inicio por el hecho de almacenarlos ya sea por acaparamiento o miedo (Casco, 2020) y hubo otros que por el contrario se quedaron en los anaqueles.
En la figura 1, se presenta una visualización de los efectos inmediatos en el comportamiento de los consumidores de acuerdo con Casco (Casco, 2020).
Ilustración 1: Efecto inmediato de COVID 19 en el consumidor (Casco, 2020)
Estos cambios en el comportamiento del consumidor impactan directamente en las cadenas de suministro, uno de los principales reflejos de estos efectos se visualiza en los rompimientos de inventario, que es cuando como consumidor asistes al supermercado y no se encuentra el producto deseado en anaquel.
Los movimientos en los consumidores hacen que las cadenas de suministro tengan que adaptarse y ser flexibles ante estos cambios, es por ello la importancia de que la persona que gestiona esto sea un especialista en la materia, maestrías como las de la Universidad Latina de América, que ofrece Maestría en Logística y Comercialización, generan el conocimiento y la habilidad para solventar volatilidad en los cambios de las cadenas.
De acuerdo con Euro monitor, que analiza las tendencias que siguen dando forma a la pandemia de coronavirus, analiza en una de sus herramientas la disponibilidad de productos para determinadas categorías de bienes de consumo en 40 países (en comercio electrónico) (Euromonitor International, 2021).
En el siguiente mapa podemos observar que va de 0 a 32% en disponibilidad de productos de bienes de consumo, siendo Ukrania, China y Canadá los más altos en el ranking con 32%, 27% y 23% respectivamente. México tiene un 10% de rompimiento de inventario (Euromonitor International, 2021).