Publicado el 2021-08-05 en Licenciatura y Licenciatura en Psicología

Crianza en tiempos de pandemia:  de la teoría a la práctica

Por Sagrario de Jesús Velázquez Bastida

 

Con la intención de compartir mi experiencia como estudiante de psicología y mamá, te presento los puntos claves que me han ayudado durante la pandemia con respecto a la crianza. Espero que lo que escriba pueda ser de utilidad, ya que supongo que todos tenemos contacto en algún momento con un niño y convivir con ellos no es una tarea fácil y menos en confinamiento. 

 

Empezaré definiendo mi perspectiva: existen diferentes tipos y estilos de crianza, los cuales se diferencian  por la manera en que ejercen autoridad los padres, el cómo marcan límites, corrigen una conducta, que tan presentes o ausentes están  y si existe o no un reconocimiento de las acciones del niño. El modelo de crianza más común es la que se basa en premiar o castigar para promover o reducir una conducta, como cuando le compran algo a un niño por sus buenas calificaciones o lo castigan por no hacer la tarea. Hay otra perspectiva que está tomando fuerza, en la que se busca una visión más empática a las necesidades del niño y se hace énfasis en respetar sus tiempos y su ser individual.

 

 

Al momento de la práctica no es tan visible que modelo sigues, los padres pueden tomar cosas de un lado y de otro, al final cada padre hace lo mejor que puede. En mi caso, prefiero una perspectiva más respetuosa, pero flexible en la manera de ajustarla a mi contexto.

 

Anteceder es algo básico en esta perspectiva, ¿a qué me refiero con anteceder? A reconocer los posibles escenarios que podrían ocurrir y tratar de estar preparados ante las posibles necesidades del niño, un ejemplo real que uso para explicar esto es el siguiente: en mi casa hay un rosal y yo tengo una hija pequeña; no me voy a esperar a que mi hija tome el rosal y se espine, si yo sé que existe el riesgo de que esto suceda, antes yo le hablo y le digo: “mira esta flor, se llama rosa, tiene un tallo y espinas, si la tomas sin cuidado podrías espinarte eso se siente así, pero más fuerte” (tomo su mano y hago una ligera presión con mi uña, como si la picara).  

 

En confinamiento los pasatiempos en familia son algo muy valioso, con todos los miembros de la familia en casa, tener actividades que los unan es importante. Estas actividades se adecuan a los integrantes de las familias, a sus gustos y a lo que tengan al alcance de sus posibilidades, involucrar a los más pequeños es una manera de aprovechar el tiempo con ellos y de que aprendan de lo que los rodea.  Para mi familia algo que nos sirvió hacer fue invertir tiempo en el jardín, mi hija hacía cosas sencillas para contribuir, un pequeño proyecto a inicios de la pandemia fue creciendo, todos contribuimos, empezamos a plantar lo que podíamos y ahora estamos orgullosos de lo que cosechamos, esto es algo positivo que nos relaja, algo que hacemos en familia gracias a la pandemia.

 

Los quehaceres del hogar son algo que siempre están ahí, todos tenemos que hacerlos, pero ahora hay niños en casa. ¿Cómo encargarte de tus quehaceres cotidianos? Mi respuesta es que hay que involucrarlos, no como una obligación o como algo para obtener una recompensa, sino como una forma de enseñar. He visto escuelas Montessori que enseñan a barrer y lavar los trastes, me parece maravilloso que los niños aprendan a hacer esto y ser responsables; pero no veo porque deberían empezar en una escuela cuando en casa está la oportunidad perfecta de aprender a hacerlo jugando y en compañía de la familia, ya sea niño o niña, este puede jugar a limpiar con instrumentos adecuados a su edad y tamaño,  una escoba o un trapero pequeños que pueden usarse como lo que son o ser una espada o un caballo si el niño así lo decide con su imaginación. Algo que a mí me ha funcionado es pedirle ayuda a mi pequeña hija, ella hace las cosas y siente que me apoya, a veces simplemente trata de imitarme con la escoba o avienta todo para el lado equivocado y es frustrante, pero ella me muestra en su cara la satisfacción por ayudarme además de que siempre tiene la opción de decir no. 

 

No está de más corregirla cuando hace algo mal, por ejemplo, cuando avienta la basura para el otro lado le explico por qué debería ser hacia el recogedor; siempre hay que dar una explicación y no decir porque sí, así los niños desarrollan una noción de qué pasa si lo hace y si no, no me refiero a un castigo o premio sino a una consecuencia, algo que simplemente pasa después de una acción. Uno como adulto debe explicar una versión simple de los hechos, una versión que diga la verdad, pero que sea fácil de comprender y es muy importante destacar el siempre responder al por qué de los niños: ¿por qué la hormiga lleva esa hoja?, ¿por qué el perro está ladrando?, ¿por qué no debería hacer tal cosa? Hay que responder con lo que nosotros sabemos y si no sabemos es válido decirlo y se encuentra la opción de investigarlo juntos. Hay preguntas que pueden ser más difíciles de responder que otras y hay preguntas que aunque puedan ser incómodas también hay que responderlas, solo espera el momento adecuado, aparta al niño y explicarle tranquilamente lo que preguntó, no expliques de más solo lo justo y necesario para su pregunta y su edad. 

 

La convivencia y socialización de los niños en pandemia es algo complicado, algunos niños tienen hermanos, aprenden y desarrollan procesos de socialización con ellos y otros niños son hijos únicos y no tienen con quien convivir más que con adultos, es complicado detallar cómo prevenir, qué hacer y qué tanto daño causan a largo plazo el confinamiento, la cuarentena y el aislamiento social. Lo más importante para mí ha sido mantener la calma y  llevar el desinfectante a la mano, el socializar es necesario para todo ser, no podemos aislarnos por completo, pero debemos cuidarnos  para prevenir un posible contagio. Es difícil explicar a un niño la situación actual, mas no imposible y los niños entienden cuando les explicas que los enfermos necesitan cuidados especiales y hay medidas que tenemos que tomar para evitar contagiarnos. Yo viví esto porque me tocó explicarlo, decirle a mi hija porque su abuelita iba a ir al hospital en una ambulancia, porque no podía abrazar a su papá y porque aún hoy tenemos que usar cubrebocas, mi hija lo entiende. No puedo decir que interactúa con otros niños de manera normal después de haber tenido covid; pero de la vista también se aprende, sé que tomando distancia y observando a otros niños también aprende a socializar, promuevo esos momentos en los que se puede convivir y conocer a distancia, en algún momento veré que tanto afectó su proceso de socialización, por ahora si algún niño se le acerca, solo trato de animarla, darle confianza, dejarla que juegue y desinfectar todo antes y después del juego.



Compartir:

Comentarios ()

Otras entradas

Inicia tu proceso de admisión PDF
Lago UNLA