Por: Mtra. Ariadna Díaz Vallejo, Coordinadora de Programa Bilingüe y Proyectos BUNLA.
La ciudad de Nueva York es uno de los lugares más cosmopolitas del mundo, pero eso se comprende realmente hasta que se está ahí: respirando, observando, comiendo, viviendo la experiencia que conlleva ser parte de la Gran Manzana, aunque sea por una semana.
Una semana en donde los estudiantes de cuarto semestre del Bachillerato de la Universidad Latina de América, BUNLA, tienen la oportunidad de ser parte de esa gran urbe, percibiendo todo lo que está a su alrededor. Viviendo actividades culturales visitando museos; actividades académicas, escuchando pláticas de universidades de gran prestigio; y actividades empresariales, al tener el privilegio de visitar compañías como Google.
Tienen la oportunidad de crear nuevas amistades con los compañeros con los que viajan, divertirse juntos, tomarse fotos que serán grandes recuerdos en un futuro.
El viaje a Nueva York, organizado por el Bachillerato de la UNLA, inicia con las despedidas: besos, abrazos y recomendaciones de las mamás, papás y familiares de los estudiantes, mientras las chicas y chicos se suben al autobús con la emoción de todas las experiencias por vivir y los lugares que se visitarán. Sin faltar los planes de todas las cosas que se comprarán en las tiendas de las marcas que tanto les fascinan.
Al llegar a la ciudad de Nueva York, la emoción en sus rostros es muy visible; las risas se contagian pensando en todo lo que les espera. Y la aventura inicia el primer día al viajar en el ferry y encontrarse, frente a frente, con la gran dama de esa ciudad: la Estatua de la Libertad, un símbolo espectacular que representa los sueños de todos los que han llegado a esa ciudad, y ver, en ese momento, que ellas y ellos son parte de esa migración de personas.
Ese día la caminata es extensa, cruzando el puente colgante de Brooklyn, viendo los coches que transitan rápidamente por sus carriles y los barcos que navegan tranquilamente por el East River, sintiendo la brisa y el olor de la ciudad.
Todos los días hay experiencias nuevas, invitando a sus sentidos a vibrar con la energía que está a su alrededor. Viajar por el metro como todo un neoyorkino, fascinados por el ajetreo de la gente que va rumbo a sus actividades diarias; salir del metro y sorprenderse por los rascacielos que los reciben con su incomparable magnitud; los ruidos del tránsito de la ciudad que se escuchan al caminar por la Quinta Avenida en Manhattan rumbo a todos los lugares que se tienen planeado visitar: la sede de las Naciones Unidas, la Biblioteca Pública, el Museo Metropolitano, el Empire State, Little Italy y muchos lugares más.
Y, por supuesto, realizar las tan esperadas compras en tiendas en Madison Square y Soho, corriendo para alcanzar a ver lo que más se pueda y disfrutar llevando regalos para sus seres queridos, amigos y para ellas y ellos también.
Al final, la caminata por Central Park les permite relajarse y entrar en un ritmo más a tono con la naturaleza, y platicar sobre lo que han vivido durante toda la semana, despidiéndose de esta gran ciudad con la esperanza de volver y vivir, y revivir, todas las emociones de esta gran aventura.