Por: Lucrecia Huerta González
En fechas recientes, ha causado gran conmoción el desprendimiento de un aplanado en el distribuidor vial de la salida Salamanca en Morelia, Mich. Esto ocurrió el domingo 4 de febrero en uno de los túneles de esta obra. Más allá de lo escandaloso de la noticia y las consecuencias en cuanto al daño que causó en un auto particular, este detalle pone de manifiesto una cadena de omisiones que se presentan ―no solo en esta obra, sino desafortunadamente en muchas construcciones― sobre todo en obra pública.
Pese a que la supervisión de obra se encuentra debidamente establecida en el artículo 53 de la ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas (LOPSRM) y en las diecinueve funciones que enlista el artículo 115 del reglamento respectivo, al momento de ejecutar la obra suelen pasarse «detalles» que desembocan en acontecimientos como el que se comenta.