Publicado el 2023-04-14 en Cps

Responsabilidad afectiva

Por: Psicóloga Flora Yaneth Olmos Escobedo

 

En la actualidad, es muy común escuchar el término "responsabilidad afectiva" debido a su auge en las redes sociales, sin embargo, se sabe poco sobre su definición y sus implicaciones. Por ello, es de suma importancia explicar su definición y todo lo que abarca este concepto.

 

La responsabilidad afectiva se define como la capacidad de ser consciente del impacto emocional que las propias acciones tienen sobre los demás. Las personas responsables en este sentido son aquellas que comprenden de manera genuina la dinámica de las relaciones interpersonales. De esta manera, quienes mejor se desenvuelven en este sentido son capaces de forjar vínculos más sólidos, saludables y duraderos con los demás. 

 

La responsabilidad afectiva implica tener presente que todo acto tiene sus consecuencias y uno debe hacerse cargo de ellas. En este sentido, si uno está en relación con otra u otras personas, todo acto que realice va a tener una consecuencia en esa o en esas personas. La responsabilidad afectiva tiene una estrecha relación con la empatía, ya que implica considerar cómo nuestras acciones pueden afectar a los demás y actuar en consecuencia. 

 

 

La empatía es el eje en el que se halla la responsabilidad afectiva, pero solo se la podrá observar en individuos que sean maduros emocionalmente. Por lo que, no podemos esperar que los demás comprendan el daño que está cometiendo, a pesar de que este sea evidente para nosotros.

 

Así, ser responsable con el otro implica empatizar con su persona, dejar a un lado actitudes egoístas y tratar de comprender las virtudes y defectos del otro, ya que él o ella también deberá gestionar y tolerar los tuyos. Ser responsable afectivamente también significa entender que en toda relación existen conflictos y discusiones. Así, cuando existan diferencias, esta capacidad permite asumir la responsabilidad de las propias acciones, saber disculparse y disculpar al otro cuando se equivoca.

 

Alejarse de una relación sin previo aviso no es algo nuevo. Lo que pasa es que alejarse nunca fue tan sencillo como lo es en la actualidad: basta con un clic, eliminar de los contactos de Facebook y bloquear en InstagramWhatsApp. Con eso, la otra persona entiende que lo que era, ya no será más. Es decir, finalizar una relación afectiva cortando todo contacto y desapareciendo sin dar ninguna explicación, provocando consecuencias negativas  e incertidumbre en la otra persona.

 

Tras la pandemia, tanto la sociedad como la forma de relacionarnos han evolucionado. Si ya antes las redes sociales eran un medio por el cual conocer a personas y establecer relaciones, actualmente este uso se ha incrementado. Por lo tanto, aparentemente, en este contexto las personas sienten más facilidad para no asumir una responsabilidad afectiva.