Publicado el 2023-02-13 en Sistema Ejecutivo

No es tarde para aprender

Por: Yirlem González Vargas, docente del Sistema Ejecutivo de la UNLA

 

Hace un par de meses coincidí con una charla impartida por el divulgador científico Ignacio Crespo, quien habló sobre lo asombroso que es el cerebro humano.  Particularmente llamó mi atención el beneficio que proporciona el no parar de aprender.  Si con el aprendizaje hemos construido el inquietante mundo en el que vivimos, con sus fenómenos, sujetos, objetos y prácticas que son parte de nuestro andar diario,  sin éste quizás hace mucho tiempo que como especie hubiésemos perecido. Aprender tendría que ser una constante en la vida de cualquier ser humano, no obstante, existe una diversidad de opiniones distintas, como que si el desarrollo de la mente culmina en cierta etapa de la vida; que si ya no es necesario seguir aprendiendo porque «ya conozco lo que tengo que conocer»; o que la plasticidad del cerebro (¡sí!, esa que nos posibilita generar saberes)  ya no es la misma ante el paso de los años. 

 

Lo cierto es que  la ciencia ha demostrado que nunca es tarde para conocer,  de hecho, debe de fomentarse esta capacidad hasta el último aliento debido a que brinda una serie de beneficios a la humanidad, entre los que se destaca la protección de nuestro cerebro ante la amenaza de múltiples enfermedades que pueden limitar nuestra calidad de vida.