Publicado el 2021-08-15 en Internacionalización Y Movilidad

Mi experiencia de intercambio en Gante, Bélgica

Por Paula Vanessa Mejía Cabrera

 

Mi nombre es Paula Vanessa Mejía Cabrera, soy estudiante de psicología y actualmente curso el noveno semestre. Durante el octavo semestre de mi carrera me fui como estudiante de intercambio, en medio de una pandemia, a la ciudad de Gante en Bélgica, y con todo lo que esto conlleva, puedo decir que me llevé una grata sorpresa, a pesar de que el mundo se encontraba con un virus desconocido y que cada país tenía sus restricciones para tratar de controlar la contingencia sanitaria entre sus habitantes y así evitar más defunciones. 

 

Como todo intercambio, me atrevo a decir, tuve los famosos “shocks culturales”, esto debido a una serie de cuestiones que a continuación voy a enlistar y detallar:

 

 

Sistema educativo diferente 

 

Debo decir que una de las cuestiones que más me sorprendió en lo personal fue que en Bélgica, solo es una calificación del único examen que se hace y esto es a final de semestre, cuando yo estaba acostumbrada a hacer un examen bimestral y que la calificación final sería la suma de estos tres bimestres, donde además, algunos maestros toman en cuenta más cosas para definir dicha calificación. Entonces, me di cuenta de que debía estudiarle mucho, poner mucha atención en clases y preguntar hasta que me quedara todo muy claro, porque no habría forma de “reponerme” a final de semestre, era solo una oportunidad.

 

Por otro lado, las clases tienden a ser un tanto diferentes a como las conocía. No eran diapositivas donde el maestro hablaba y tú tenías que tomar apuntes, más bien era un poco más dinámico y participativo, donde si bien se exponían diapositivas con texto, era el maestro quién hablaba y tú como alumno tenías que saber donde captar lo importante y anotar, porque no todo viene en las diapositivas, muchas cosas importantes que pudieran venir en el examen, ellos las comentan y luego ni lo vuelven a repetir, entonces es de estar poniendo atención en todo momento, y preguntar.

 

 

Idioma 

¡Ay! Esto si es un tema del cual nadie me explicó y que poco a poco iría entendiendo una vez que estaba viviendo ahí. En Bélgica hay tres regiones en las que se divide el país y a su vez tres idiomas oficiales: neerlandés, francés y alemán (en ese orden por importancia en el país). 

 

La importancia de aprender y dominar una segunda lengua es algo que todos sabemos, pero lo hacemos poco consciente.  La verdad, que importancia que este sea inglés, y de verdad, al no saber (o realmente muy poco) los idiomas que se hablaban en este país, la única forma de comunicación con las demás personas era hablando en inglés; mis clases eran en inglés, si tenías dudas en el súper eran en inglés, si quería pagar la renta era en inglés, en fin, el inglés fue mi lengua materna casi durante cinco meses y fue una excelente manera de mejorar el nivel, el acento y la fluidez. 

 

Por ello creo que es importante de verdad aprender inglés, poner atención en todas las clases y en los momentos donde se pueda practicar, aprovecharlo al máximo, porque no sabes qué puertas te puede abrir el dominar un segundo idioma.  Aprovechando el medio y estas palabras, a quién me lea, los invito a ir por más de dos idiomas, sea cual sea, los idiomas siempre abren puertas, además de que ayudan a la plasticidad neuronal por el ejercicio de memoria; nunca sabes de qué apuro te pueda sacar.

 

 

Hospedaje 

Creo que es importante mencionar el hospedaje, a mí nunca nadie me lo mencionó y me hubiera gustado haberme evitado el pánico que tuve cuando no quedé en las residencias de la Universidad a la que iba a entrar en Bélgica y que no sabía donde iba a vivir.

 

Para las residencias de HoGent (la universidad que apliqué y me fui a estudiar), tienes que mandar correo con tus datos y en un par de meses ellos te contestan diciéndote que quedaste en residencias o que tienes que buscar otro lugar donde quedarte por el semestre. En mi caso, a mí me mandaron el correo con varios links dónde podría encontrar un lugar donde quedarme.

 

Sin embargo, a mí me hubiera gustado que me dijeran que como estudiante internacional (sobre todo como país externo a la Unión Europea), el país no me dejaría rentar cualquier casa/cuarto/estudio. Este tiene que ser uno que esté avalado por ellos, es decir, donde ellos ya hayan ido a investigar que todo esté en orden, cuente con salidas y alarmas de emergencia, que el cuarto en general tenga las medidas de seguridad para el estudiante que estará habitando el lugar durante un semestre o más. Entonces, tienes que buscar dentro de una página del gobierno lugares para rentar, que por una parte está excelente porque así tienes la seguridad que donde te estás quedando es un lugar íntegro con todas las medidas de precaución, pero por otro lado, se reduce muchísimo los lugares donde puedes rentar, y es que yo veía en grupos de Facebook la cantidad de personas que rentaban y  no podía rentar con ellos, ya que si lo hacía era una multa económica para ellos y para mí, entonces, mejor hacerlo por la vía legal, aunque cueste un poco más de trabajo encontrar un lugar.

 

En la imagen se puede ver que es el gobierno de Gante y cómo ahí te da opciones de cuantos euros al mes, entre muchas más variabes para que elijas según te convenga.

En lo personal, el lugar que renté estaba muy bonito, muy bien ubicado (15 minutos del centro caminando) y muy cómodo la verdad.

 

Uno de los shocks culturales que tuve al llegar al cuarto fue que, dentro del cuarto había un lavabo, y que en los baños no había. De hecho, hablando de baños, compartía regadera con mis siete roomies y había solo dos retretes para todo el edificio, pero hasta eso, las chicas (porque todas éramos mujeres) éramos muy limpias y nunca hubo problema con nada de eso, había un grupo en messenger donde poníamos a qué hora nos íbamos a bañar, y si había alguna que necesitara bañarse antes, se hablaba y perfectamente llegábamos a un acuerdo.

 

Entonces por sí se quieren ir a Bélgica, y no los aceptan en residencias, no entren en pánico, mejor busquen en la página y manden muchos correos.

 

 

Las personas

Creo que hay un estereotipo que señala que los europeos son más fríos y distantes y he de decir que sí son, pero que también son unas personas muy agradables, sinceros, y que si te dan su amistad es porque en verdad te están ofreciendo algo valioso. Yo encontré, en los amigos que hice, una amistad simple, llena de afecto y sinceridad, y que siempre va a estar ahí para ti, cuidándote y preocupándose por ti, igual no de la manera que nosotros como mexicanos lo haríamos, pero que definitivamente te lo hacen saber.

 

He de decir que corrí con mucha suerte porque el señor, al que le renté el cuarto, se portó excelente conmigo, me recogió en el aeropuerto de Bruselas con su esposa y su hija, me compraron súper para no tener que preocuparme durante mis primeros días en Gante, la hija al día siguiente me dio un tour por el centro, y estuvieron (la pareja) muy al pendiente de mí, y a mi regreso, ellos mismos me llevaron al aeropuerto, fue una despedida muy cálida y muy sincera, casi familiar podría expresarlo así.

 

El ambiente

¡Uy! Sí hay fiesta y he de decir que es muy diferente que en México, o por los menos en las que yo he estado. Eso sí, se acaba “temprano”, pero a pesar de las diferencias en la música, en los estilos de baile y en lo “cerrados” que pudieran llegar a ser, son muy divertidas, siempre hay alguna anécdota para contar comiendo papas fritas en Graslei con una cerveza belga al lado.

 

Las restricciones por COVID-19

Cuando llegué había muchas restricciones y en general con las personas con las que platicaba me compartieron su desagrado hacia las medidas que había puesto el gobierno para evitar la propagación del virus, pero que aun así seguían, he de decir que ellos son mucho más cumplidos y más estrictos con la ley de las que un mexicano podría ser.

Una de las medidas era: nadie deberá estar en la calle en un horario de 12 am a 5 am; no podía haber más de cuatro personas en el exterior (es decir, si estabas con tus amigos, tenían que ser solo 4 personas, así estuvieras en un espacio abierto como una plaza, el lago o donde fuera) y en un interior solo dos personas (en un cuarto, claro esto se adecúa según las necesidades de las personas, como de las familias o así, lo que querían evitar eran las fiestas); no se podía comprar alcohol después de las 10 pm, y no había bares abiertos, ni restaurantes y las tiendas con cierta capacidad de personas, pero eso poco a poco se fue quitando, conforme estaban vacunando a la población y he de decir que aproveché un poco de todo, de bares, de restaurantes, de compras y qué bonito.

 

Me queda mucho por contar, pero creo que en estas palabras se pudo resumir un poco de mi experiencia viviendo en Bélgica durante cinco meses, lo único que les puedo decir es que vayan, vivan la experiencia de vivir en otro país, donde no hablen tu lengua materna, donde no conozcas, porque en lo personal, conocí otro país, muchas ciudades, pero lo más importante: me conocí a mi misma, conviví conmigo como nunca antes y eso es algo de lo que estoy muy feliz y eternamente agradecida con la UNLA. La posibilidad de que nos puede brindar estas oportunidades, así que si tienen la oportunidad, salgan y conozcan, no se pierdan la experiencia de vivir en otro país, se los puedo asegurar que no se van a arrepentir, a pesar del homesickness que puede llegar a dar, no hay nada que una videollamada a tus seres queridos y una salida al centro escuchando una buena canción y sintiendo ese nuevo aire, no quite.

 

Anexo fotos de la ciudad donde viví, que me acogió tan bien y llevaré por siempre en mi corazón y en mi memoria, Gante, Bélgica.



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