Por Ricardo Murillo Murillo, alumno de 8vo semestre de la licenciatura en Diseño de la Comunicación Gráfica
El diseño gráfico como una herramienta de comunicación es de suma importancia en la sociedad actual pese a que no es valorada por todos. Esta disciplina está ligada invariablemente a las tácticas de persuasión aplicadas con el fin de vender una idea y al mismo tiempo darle valor a un producto.
La persuasión no es necesariamente mala, si se aplica con fines negativos es algo que lógicamente hay que detener, pero si se aplica a otras causas con un carácter de mayor responsabilidad social (aclaro causas responsables que no son necesariamente las mismas en las que uno pensaría que pueden ser causas activistas, que lógicamente es una opción), en ese caso que se puede apoyar. Esta es una respuesta difícil, pues la verdad sobre qué es correcto y qué no, no siempre será objetiva, decidir qué apoyar es una decisión que tiene que ser informada en función del tipo de personas que apoyamos o si las ideas pueden ser útiles, pero quién las usa y cómo las usa, es otra cuestión.
Ver al diseño gráfico como diría el tío Ben en aquella ya icónica película: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Eso es justo lo que le diría a los nuevos aspirantes de la carrera Diseño de la Comunicación Gráfica. Nuestra generación tiene el problema de que las redes sociales han conquistado y moldeado su personalidad, creando personas pasivas cuyo ego les llevará a pensar que el mal es el bien y viceversa. Esto lejos de ser una crítica “tóxica”, como sin duda algunos en este punto especularon, les invito a pensar en qué significa realmente el término y como lo están aplicando determinadas personas, con qué fines, con qué objetivos, qué están validando al usar a la ligera este término tan específico.