Ideas de una metodología para el diseño urbano-arquitectónico

Por: Víctor Hugo Ruíz Correa, alumno de quinto semestre de la Licenciatura en Arquitectura, Urbanismo y Sustentabilidad.

 

Inquieto por el contenido de un libro que leí recientemente, llamado  “Pasos hacia una metodología de diseño”, escrito por los arquitectos argentinos Blanca Litwin, Rodolfo Sorondo y Jaime Uriburu; me puse a reflexionar sobre la forma, atinada o no, en la que venía realizando en la escuela los ejercicios y las propuestas para el taller de diseño arquitectónico y urbano, y en que debo tomar más en cuenta la utilidad de los espacios para lograr el objetivo primero de satisfacer las necesidades humanas, mismas que originan la creación de dichos espacios.

 

 

Hoy quiero compartir algunas de las ideas que logré extraer del mismo, relacionadas con los fundamentos y la metodología del diseño, o el acercamiento a ella, que los autores plantean en tres partes, que son de manera muy concreta: “Qué, con qué y cómo”.

 

“El qué”: describe a la arquitectura como una actividad que se realiza con el propósito de diseñar espacios destinados para el uso exclusivo del hombre, y para lo cual se requiere de un proceso dividido en dos partes. La primera de ellas, que toma una forma abstracta, es en donde surge la idea para el diseño;  y la segunda, ya de naturaleza concreta, es en la cual se llega a materializar esa idea. Aquí se hace énfasis en que los espacios propuestos se deberán distinguir por su “estructura funcional”, su “materialización constructiva”, su “significado social” y su “adecuación ecológica”. 

 

“Con qué”: refiere a que el arquitecto imagina, ordena, da forma, proporciona cualidades y construye espacios destinados al desarrollo de diversas actividades humanas, dando origen entonces a ambientes distintos, tanto interiores, como intermedios o exteriores, destinados a cubrir una necesidad dada, para lo que se les crea; organizados en distintos niveles jerárquicos, relacionados entre sí, con cierta dependencia entre ellos, y formando parte de una sola unidad.

 

 

Así, el espacio arquitectónico no es sólo una superficie o un volumen, ya que se le determinan cualidades para identificarlo como un lugar concreto, que posea escala, sea habitable, propicie un ambiente exclusivo y genere sensaciones únicas a quienes lo ocupen.

 

“El cómo”: sugiere un proceso metodológico, comenzando con la detección de las necesidades: “dónde, para qué y para quién se diseñará”. Luego, tomando en cuenta lo anterior, se genera un programa o listado de espacios con las características requeridas para cubrir cada una de esas necesidades. Enseguida se hace una evaluación del programa, involucrando el presupuesto disponible y la tecnología a utilizar para su construcción. Por último se realiza el proceso de diseño, delineando un concepto arquitectónico que dará forma al anteproyecto  y posteriormente al proyecto definitivo, que cumplirá con los objetivos planteados. 

 

Es así que, en el tiempo que tengo estudiando esta licenciatura, mi percepción de la arquitectura y el urbanismo, y principalmente sobre el proceso de diseño y su metodología, se refuerza cada día más con los conceptos que identificamos en las materias que cursamos, y también con las actividades que desarrollamos dentro y fuera de las aulas en la UNLA.

 

Bibliografía

Litwin, B. (2011). Pasos hacia una metodología de diseño. Editorial Nobuko. https://elibro.net/es/lc/unla/titulos/77709

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