Publicado el 2022-01-26 en Cps

Dos conceptos importantes para entender la violencia de género: Micromachismo y machismo invisible

Por Sagrario de Jesús Velázquez Bastida

 

Es imposible hablar sobre micromachismos sin mencionar de manera directa o indirecta a Marina Castañeda y Luis Bonino, incluso en todo artículo científico actual que hable de micromachismos suele citarse ambos autores. Castañeda (2019) menciona que el machismo es un conjunto de creencias, actitudes y conductas que se basan en la polarización de los sexos y en la superioridad de los hombres en áreas que se consideran importantes para ellos, también agrega que en esencia es una forma de relacionarse con los demás y es aprendida desde edades muy tempranas.

 

 

El machismo ha evolucionado a lo largo de los años, se adapta a nuestra sociedad actual, esto a pesar de grandes cambios sociales y logros que ha tenido la lucha feminista. El machismo moderno actúa no solo desde lo evidente sino desde lo cotidiano e imperceptible, el ejemplo de ello está en la violencia simbólica o los micromachismos, aquí ya estaríamos citando a Bonino (2014), ya que él en 1990 introdujo el término de micromachismos para referirse a una violencia “suave”, “blanda” o “de baja intensidad”, un tipo de abuso empleado para conservar la dominación masculina, sobre la femenina en la cotidianeidad; lo que Castañeda nombraría años después como machismo invisible.

 

El daño de este tipo de violencia pasa desapercibido por su invisibilidad e inconsciencia, ya que suelen ser actos socialmente aceptados, no hay resistencia y si se detectan no se suelen reconocer como actos dañinos, cuando en realidad son actos de manipulación que dañan la integridad psicológica y la autonomía de la mujer.

 

Bonino en 1995 enlistó los tipos de micromachismos y sus categorías, las cuales actualizó en 2005 y son: utilitarios, directos, indirectos y de crisis. Los primeros hacen referencia a todo lo que el hombre deja de hacer para que haga la mujer, es una sobrecarga de trabajo y abuso de la habilidad y “don” de servicio que posee la mujer. Los directos son aquellos en los que el hombre usa la fuerza moral o económica para doblegar a la mujer, son los micromachismos que pueden identificarse con mayor facilidad. En los indirectos el hombre oculta su objetivo de dominio y causa dependencia afectiva y de pensamiento en la mujer, son los más difíciles de detectar y prevenir. Los de crisis son estrategias empleadas por el hombre cuando pierde poder y quiere mantener la desigualdad en relación con la mujer, estos mecanismos ayudan a promover el ciclo de violencia y aunque parezca por un tiempo que las cosas mejoran y la violencia freno, en realidad solo la está restableciendo.